El arte de beber sin prisa: El Tigrillo revela su nueva carta de coctelería.

Por: Carolina Rodríguez.

En un rincón discreto de la Roma Norte, donde las luces cálidas dibujan siluetas y el ritmo de la noche se mide en suspiros, El Tigrillo presenta una nueva carta de coctelería que apuesta por lo esencial: tragos clásicos, ejecutados con precisión quirúrgica y una filosofía clara —menos es más, cuando se hace con carácter.

Martinis, Negronis y copas de champaña componen este nuevo repertorio que no necesita adornos para seducir. Aquí, cada ingrediente brilla con luz propia, sin máscaras ni pretensiones. La propuesta es clara: reinterpretar los grandes clásicos con una visión honesta y sofisticada, cuidando cada trazo como si fuera una pincelada en una obra minimalista.

“Nos gusta trabajar con productos que hablan por sí mismos”, dice Daniela D’Acosta, socia y directora de bebidas. “El protagonismo lo tiene el licor: el vermut, la ginebra y la champaña correctos. Lo demás es acompañamiento.”

Elegancia líquida

La nueva carta no es extensa, pero cada cóctel está afinado con maestría. Los Martinis llegan en proporciones exactas, con vermuts seleccionados como si fueran perfumes de autor. Los Negronis, sin perder su estructura clásica, incorporan variaciones sutiles que resaltan la personalidad del gin o el amargor equilibrado del vermut. Y la champaña, eterna y vibrante, aparece como un gesto elegante, ideal para comenzar —o cerrar— la noche.

Todo en El Tigrillo está diseñado para disfrutarse sin prisa. La música, el espacio, los tragos: todo invita a quedarse, a mirar el reloj solo cuando la noche ya se convirtió en madrugada. Es un refugio para quienes saben que el lujo más grande es el tiempo bien invertido.

¿Dónde?: El Tigrillo, Colima 159 Local 2D, Roma Norte, CDMX

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