Aventuras bajo el agua: los 5 acuarios en EE. UU. que deberías agregara tu lista de viaje.

Por: Carolina Rodríguez.

¿Un viaje solo para ver peces? Totalmente sí. Porque estos acuarios van mucho más allá de una salida familiar con niños: son destinos sensoriales, estéticos y emocionales. Aquí, caminar bajo un tiburón gigante, sumergirse entre algas que rozan el techo o ver cara a cara a una adorable nutria marina se convierten en momentos de conexión profunda con la naturaleza... y con uno mismo.

Entre arquitectura impresionante, experiencias inmersivas y un claro compromiso con la conservación marina, estos cinco acuarios en Estados Unidos valen cada kilómetro recorrido.

1. Georgia Aquarium en Atlanta, Georgia.

El único lugar en América del Norte donde puedes ver tiburones ballena.

Si hay un lugar donde el océano se vuelve espectáculo, es aquí. Con un tanque de 24 millones de litros de agua y una pasarela transparente que te sitúa literalmente en medio del océano, el Georgia Aquarium es un gigante en todos los sentidos. Su estrella indiscutible: los tiburones ballena, colosales y elegantes, nadando junto a mantarrayas y peces tropicales. El espacio mezcla ciencia, emoción y diseño futurista. Ideal para vivir una experiencia que se queda grabada.

2. Monterey Bay Aquarium en Monterey, California.

Un documental de National Geographic, pero en vivo.

Este acuario parece haber sido diseñado por un director de cine, un biólogo marino y un poeta. Integrado al paisaje del Pacífico, sus vitrales enmarcan vistas naturales que se funden con sus exhibiciones. El bosque de algas gigantes —uno de los pocos en el mundo— te envuelve en una atmósfera mágica.

Las nutrias rescatadas, juguetonas y carismáticas, son el alma del lugar. Una visita aquí es perfecta para quienes buscan experiencias más sostenibles, contemplativas y estéticamente inolvidables.

3. Shedd Aquarium en Chicago, Illinois.

Arquitectura clásica, tecnología moderna y belugas que te sonríen.

Ubicado en un edificio estilo Beaux Arts frente al Lago Míchigan, el Shedd Aquarium fusiona historia con modernidad. Sus belugas, pingüinos y delfines protagonizan un oceanario que más que un show, es una coreografía emocional con fondo científico. Una visita al Shedd es ideal para quienes desean equilibrar lo urbano con lo marino, lo clásico con lo sensorial.

4. The Florida Aquarium en Tampa, Florida.

Tropical, interactivo y perfecto para unas vacaciones activas.

Entre manglares, tiburones, tortugas y un parque acuático al aire libre, este acuario se siente como una aventura caribeña en versión museo. Además de caminar entre hábitats tropicales bajo techo, aquí puedes bucear o hacer snorkel en tanques reales.

¿Planeas vacaciones en la costa de Florida? Este spot encaja perfecto entre la playa y la adrenalina.

5. Seattle Aquarium en Seattle, Washington.

Donde el mar y la ciudad se encuentran con espíritu salvaje.

Este acuario no intenta ocultar que está en el norte del Pacífico: lo celebra. Su construcción de madera, sus espacios abiertos al aire libre y su fuerte enfoque en la biodiversidad local lo convierten en una joya diferente. Tocar una estrella de mar, observar un pulpo gigante o ver cómo interactúan las especies del noroeste del país es aquí algo cotidiano... pero profundamente significativo.

Cada uno de estos lugares abre una ventana al mar —sí—, pero también a la emoción, el asombro y la conciencia ambiental.

La próxima vez que armes tu itinerario, considera cambiar la selfie en la montaña por una postal submarina. Porque, créelo, lo que hay debajo del agua puede ser tan impactante como hermoso.

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